En su primera edición, Capital Feria tuvo como lema: “dejarse llevar por el viento”, inspirado en las particulares correntadas de viento que suceden en la explanada de Distrito Capitalinas, espacio de la propuesta. Las curadoras Novillo Corvalán y López Moreyra, dan luz a la edición, la cual incita al movimiento que impulsa y nos conduce a expandir nuestros límites, mover el deseo y la acción por cambiar el estado de las cosas. La energía del viento aborda a su vez problemáticas del presente como la fragilidad ambiental y la importancia en el uso de energías renovables.
Ankara (Colonia Caroya)
Artis (Córdoba Capital)
Crudo (Rosario)
Diego Obligado (Rosario)
Esaa (Unquillo)
Linse (Buenos Aires)
Marchiaro (Córdoba)
Maria Wonda (Córdoba Capital)
Mina (Córdoba Capital)
Miranda Bosch (Buenos Aires) Moria (Buenos Aires)
Oda (Buenos Aires)
Sasha D (Córdoba Capital)
Satélite (Córdoba Capital) Subsuelo (Rosario)
Valerie´s Factory (Buenos Aires)
Via Margutta (Córdoba)
Caderno Listrado (Curitiba, Brasil)
Galeria Geral (Río de Janeiro, Brasil)
Gruta (Sao Paulo, Brasil)
NAC (Santiago de Chile, Chile)
OMA (Santiago de Chile, Chile)
VF Art Projects (Luxemburgo-Argentina)
PARA A (Ciudad de México)
“El viento es un mensajero que va a las ciudades, lleva secretos, recoge voces, trae cambios.”
—Gabriela Mistral
Las corrientes de viento que atraviesan la explanada de Distrito Capitalinas se convierten en una metáfora esencial para esta primera edición de la feria. Dejarse llevar por el viento se propone como un movimiento, un gesto de apertura ante lo imprevisible. Un llamado a reconocer que el cambio y el flujo son inevitables, que sólo en la fragilidad del viento se encuentra la posibilidad de expansión. El viento nos invita a movernos, a repensarnos, a dejar que las ideas, las voces y los deseos se desplacen hacia nuevos horizontes.
Es esa misma fuerza inasible la que nos hace pensar en la transformación, en la capacidad de lo invisible para modificar lo tangible.
En un contexto donde la vulnerabilidad ambiental se torna cada vez más urgente, el viento se erige como un símbolo que cruza lo material y lo etéreo. La energía eólica, que ha acompañado al ser humano desde tiempos remotos, no sólo nos recuerda la ancestral relación que tenemos con la naturaleza, sino que también nos confronta con nuestra responsabilidad frente a la sostenibilidad. Al igual que el viento, la energía eólica no tiene fronteras; es una invitación a pensar en lo colectivo, en lo que compartimos,más allá de nuestras individualidades.
En este mismo sentido, el arte contemporáneo actúa como fuerza renovadora, trasciende los límites, cruzando fronteras físicas y simbólicas, alimentando nuevas formas de reflexión, diálogo y encuentro. En su movimiento, y en su lenguaje, el arte también construye y reconstruye identidades, transformando la percepción de nosotros mismos y del mundo que habitamos.
Es en este cruce de vientos y voces, donde el arte latinoamericano cobra protagonismo, Córdoba, como epicentro de esta feria, se presenta como un nodo clave y articulador de escenas nacionales y regionales para el desarrollo del mercado de arte latinoamericano y para la construcción de una cultura viva, dinámica y en constante transformación.
Luz Novillo Corvalán & Mercedes López Moreyra
Directoras y curadoras de Capital Feria.